30 de abril de 2007

Más Paisajes

Hala, otro mes a la saca. Y para finalizarlo, y como parece que empieza a ser costumbre, algunos paisajes tóxicos añadidos al apartado de enlaces que harán las delicias de todos ustedes, seguramente tan blogófagos como yo mismo.

¿Y si esta vez te quedaras?: No sé si definirlo como de cine o de filosofía, o de nada de eso. Interesantes reflexiones inspiradas por el cine.

Un tebeo con otro nombre: Este es imprescindible si te gustan los cómics. Novedades, reseñas, noticas...

El blog del niño gilipollas que quería volar: Me he vuelto adicto. De hecho, le he dedicado sección especial en la barra lateral, donde pueden encontrar su viñeta. ¡Genial!

29 de abril de 2007

Rinne

Otra película de terror japonés perpetrada por Takashi Shimuzu, responsable de la espeluznante saga Ju-On. Rinne, (o Reincarnation) es un film que disfrutaremos los fans de este género y que probablemente no impresione al resto de espectadores. Una película que, hasta dónde sé, no se ha estrenado en las salas españolas y aún no ha llegado al mercado del DVD español.

En esta nueva historia de fantasmas se nos muestra (cine dentro del cine) el rodaje de una película basada en una serie de asesinatos cometidos por un hombre que perdió la razón en un retirado hotelito. En apenas unos minutos el demente asesinó a cuchilladas a un buen número de personas. Ahora, un grupo de cineastas va a filmar esa historia, y visitarán el viejo hotel, abandonado tras la masacre. Por desgracia, las almas en pena de los fallecidos están aguardando.

Un argumento sencillo que por suerte tiene algunos giros ingeniosos hacia el final haciendo que el interés de la película no se centre en exclusiva en las apariciones fantasmagóricas que tan bien se le dan a Shimuzu. Pese a algunos flashbacks en forma de sueño y de recuerdos de vidas pasadas, la historia es lineal y fácil de seguir, algo que no ocurría en las terroríficas Ju-On, donde el director y guionista experimentó con historias llenas de saltos temporales tan desconcertantes como fascinantes.

Si se trata, pues, de comparar, Rinne queda algo por detrás de aquella saga, pues nos presenta una película sencilla y menos truculenta. Sin embargo, por sí misma es una cinta que asusta y mantiene la tensión. Atentos a la terrorífica escena en la que el agente de la actriz contempla una proyección privada de una película doméstica mientras la actriz “vive” la misma escena en el hotel. Sólo por esos minutos, Rinne ya merece la pena.

28 de abril de 2007

Yann Tiersen: La Rade

Hace unas semanas acudí a un concierto de Yann Tiersen en su gira española. Un espectáculo vibrante y enérgico, con mucho más rock del que yo esperaba. De entre todas las canciones que disfruté la que más me impresionó fue una que no conocía y que sólo aparece en el DVD de la gira: La Rade.

En este tema Tiersen habla del lamentable ambiente político y económico de Francia, y de lo poco combativos que son los jóvenes de su país. En unas breves declaraciones a Canal + el músico no se mordía la lengua: “Francia es un país de mierda en este momento”. Tiersen invita a la juventud adormilada y perezosa a la movilización, y no sólo en Francia. Su mensaje es: el mundo se hunde, y los jóvenes podemos evitarlo.

Me pregunto qué pensará este gran músico sobre los sucesos de marzo del año pasado en Francia y España. Mientras que en nuestro país vecino los jóvenes estudiantes saltaban a las calles luchando por un empleo digno y enfrentándose a las patrullas antidisturbios como en un eco de aquel lejano mayo del 68, al mismo tiempo, en esta España nuestra, se celebraba un macro-botellón a escala nacional. ¿Soy el único que siente vergüenza?

En cualquier caso, os invito a disfrutar de esta fascinante canción y a dejaros contagiar por su mensaje.



26 de abril de 2007

For Sale

No hace mucho hablábamos por aquí de algunos juegos de subastas (este y este otro). Hoy es el turno de For Sale, un juego para 3 a 6 jugadores diseñado por Stefan Dorra en el que nos convertimos en especuladores del mundo inmobiliario. Dicho así no parece lo más gracioso del mundo, pero cuando descubrimos que las casas que vamos a comprar y vender van desde una plataforma orbital hasta una triste caja de cartón empieza a resultar algo más simpático.

El juego se presenta en una encantadora caja de cartón, robusta y colorida, en la que se ve un alegre dibujo de una calle con casitas, perritos, ¡un oso!... ¡¡¡un gorila!!!. Quizá la caja sea algo abultada para el contenido, pero aún así me parece tan vistosa que ya la tengo entre mis favoritas de la estantería.

En el interior hay un librito de reglas a todo color (y a todo inglés); un montoncito de monedas de cartón; un mazo de 30 cartas de cheque valorados entre los 0 y los 15.000 dólares; y un mazo de 30 cartas de casas, todas distintas y numeradas del 1 al 30. Las monedas y los cheques no son especialmente interesantes, pero las cartas de casa son una delicia: un pisito, un yate, un rascacielos, la casita del perro, un faro, una caravana, un castillo... Todas son vistosas y alegres, y en cada una de ellas hay algún simpático animalito excepto en la plataforma espacial (hubiese sido genial pintarle un marciano verde cabezón).

La idea general de For Sale es tan simple como esto: al principio del juego se reparte entre los jugadores cierta cantidad de monedas. Con ese dinero, todo el mundo comprará las casas del mazo de idems, intentando comprar barato y quedarse con las cartas más valiosas (las de número más alto). Luego se tratará de cambiar esas casas compradas por cheques, vendiendo lo más caro posible. Como se dijo, especuladores de la peor ralea.

La partida, que llevará unos quince minutos, se juega en dos fases. En la primera se juega con el mazo de casas, previamente barajado y puesto en la mesa bocabajo. En cada ronda de subastas se sacarán del mazo tantas cartas como jugadores haya. Las cartas se muestran y los jugadores pujan por ellas con sus monedas, en sentido horario. Siempre que se puja hay que superar la puja anterior. Cada vez que un jugador pasa, paga la mitad del dinero que ha pujado hasta el momento y se queda con la peor carta de la subasta. El último jugador se queda con la mejor casa de la ronda, pero paga todo el dinero que ha pujado. Al acabarse la ronda se sacan de nuevo tantas cartas como jugadores y empieza una nueva subasta. Y así se prosigue hasta que se acaban todas las casas.

Llegamos a la segunda fase. Se pone en el centro de la mesa el mazo de cheques, barajado y bocabajo, y se sacan tantos cheques como jugadores. Viendo los cheques de la ronda, cada jugador decide que casa va a vender y la pone en la mesa, frente a el y bocabajo. Cuando todo el mundo ha bajado carta se muestran estas cartas simultáneamente. El que ha bajado la carta más alta la descarta y se queda el mejor cheque de la mesa. El siguiente con la carta más alta hace lo propio con el siguiente cheque más alto, y así hasta que se agoten los cheques de la ronda. Entonces se sacan nuevos cheques y el proceso se repite hasta que ya no quedan casas que vender.

Es el momento de contar el dinero (sumando cheques y monedas). El que más tenga gana, y si hay empate se resuelve a favor del que tenga más dinero en monedas.

Como se ve, For Sale tiene una mecánica elegante y muy estratégica. A priori todos los jugadores parten con las mismas posibilidades de éxito, con lo que el azar no es determinante en el resultado. Se trata, pues, de encontrar el modo de llevarse buenas casas por poco dinero y venderlas por buenos cheques. ¿Cómo lograrlo? A mi no me miren: jamás he ganado una partida.

En cualquier caso, For Sale es un juego ameno y muy rápido. Tiene su punto simpático gracias a las vistosas cartas, pero la mecánica en si no es graciosa. En general, no ha despertado pasiones en los dos grupos de jugadores con los que lo he probado. Sin embargo, con la benevolencia que me caracteriza, yo lo considero un buen juego que probablemente se disfruta mucho más cuando se ha jugado un buen montón de partidas y se ha tomado cierto control sobre la estrategia. Al principio puede parecer un poco abstracto y resultar menos interesante. Por mi parte, intentaré jugarlo más y exprimirle el zumo que sin duda esconde. Zumo de ladrillo.

24 de abril de 2007

La Tradición Judaica

El rabino Zwi Chaim Yisroel, erudito ortodoxo de la Torah y que hizo de la lamentación un arte hasta entonces desconocido en Occidente, fue unánimemente considerado como el hombre más sabio del Renacimiento por sus hermanos hebreos, quienes constituían la decimosexta parte del uno por ciento de la población. En cierta ocasión, cuando se encaminaba hacia la sinagoga para celebrar la fiesta sagrada judía, que conmemora la renuncia de Dios a toda promesa, una mujer le detuvo y le hizo la siguiente pregunta:

- Rabino, ¿por qué no podemos comer cerdo?

- ¿No podemos? –preguntó incrédulo el rabino-.
¡Ah, eso sí que tiene gracia!

Esta es una de las pocas leyendas de toda la literatura hasídica que trata la ley hebrea. El rabino sabe que no debería comer cerdo; pero a él no le importa porque le gusta el cerdo. No sólo le gusta el cerdo, sino que se harta de huevos de Pascua. En suma, a él le tiene sin cuidado la ortodoxia tradicional, y considera la alianza de Dios con Abraham como “un disparate más”. Por qué la ley hebraica proscribió el cerdo es algo que aún no se ha aclarado, y algunos estudiosos creen que la Torah simplemente sugiere que no se debe comer cerdo en ciertos restaurantes.



Tijeretazo de Leyendas hasídicas según la interpretación de un distinguido erudito (del libro Como acabar de una vez por todas con la cultura), de Woody Allen

21 de abril de 2007

Portadas de a Duro - V

Más pulp español. Como siempre, no olviden fijarse en los maravillosos títulos. ¿Qué precio se le puede poner a una novela llamada El Mundo de los Nictalopes?






18 de abril de 2007

The IT Crowd

Me confieso fan de las sitcoms. He visto las diez temporadas completas de Friends tres veces. Me encantan Cheers y Los Roper. Y de pequeño disfrutaba con La Hora de Bill Cosby y (evidentemente) con Alf. Pero no recuerdo haber visto nunca algo tan absolutamente descacharrante como The IT Crowd.

Esta serie del Chanel 4 británico tiene los mejores guiones que he disfrutado en años. Su sentido del humor está a la altura (¡agárrense los machos!) de los mejores Monty Python. ¿Cómo es posible que sólo exista una temporada de seis episodios? ¿Cómo pueden las televisiones de nuestro país comprar bodrios como Un Chapuzas en Casa y pasar por alto la que bien podría ser la mejor serie cómica en lo que llevamos de siglo?

Los protagonistas de The IT Crowd pertenecen al departamento informático de una gran empresa. Mientras que el resto de trabajadores disfruta de espaciosos despachos en lo alto del edificio con grandes ventanales por los que entra el sol a raudales, los chicos de IT se hacinan en una sótano cutre que es poco más que un trastero. Allí tenemos a Roy, un vago profesional comedor de cuchipandas y aficionado a los cómics. Su frase favorita parece ser “¿ha probado a apagarlo y volverlo a encender?”. Su compañero es Moss, un estrafalario muchacho que vive con su madre y es tan hábil para relacionarse con otros seres humanos como una coliflor de tamaño medio. Al departamento acaba de llegar una nueva encargada de relaciones públicas, Jen, quien ha conseguido el puesto tras convencer al gran jefe de sus amplios conocimientos informáticos (recibir emails, contestar emails... borrar emails).

Añadamos a este extraño grupo al jefe de la corporación, Mr. Reynholm, un directivo tan enérgico como ridículo. Y por último, el impagable Richmond, un melancólico gótico fan de Cradle of Filth que se recluye en un oscuro habitáculo observando como parpadean las lucecitas de una máquina de ignota utilidad.

Este maravilloso elenco me ha hecho carcajear hasta soltar lagrimones. Y, desde este pequeño rincón tóxico, no puedo dejar de recomendar con énfasis risueño la serie más desternillante que he disfrutado en años. Aunque no ha sido doblada al español, es fácil encontrarla con subtítulos. Dicho lo cual... ya sabéis dónde buscar.

Y de regalo, la sintonía de la serie:

16 de abril de 2007

Píldora musical: Voivod

Podría decirse de Voivod que es uno de los grupos más vanguardistas y originales del panorama metálico... de no ser porque las influencias de la banda están mucho más allá del metal. La variedad de estilo entre sus álbumes es desconcertante y maravillosa. Han coqueteado con el thrash, la psicodelia, el punk, el rock progresivo... Cada disco de Voivod ha sido una sorpresa para sus fans.

La vuelta al grupo del cantante Dennis Belanger y la incorporación al bajo del ex-Metallica Jason Newsted auguraban un futuro prometedor. Por desgracia, la muerte del guitarrista y principal compositor Dennis D’Amour hacen temer por la continuidad de esta gran banda. En cualquier caso, su extraño y portentoso legado discográfico prevalecerá.

Hoy os ofrezco el tema Gasmask Revival, de su álbum “Voivod” editado en 2003.

15 de abril de 2007

Razzia!

El apestoso humo del puro que se está fumando el viejo Fallucci empieza a irritarme. Quizá le pegue un tiro. Mmm... ¡Porca Miseria, debo relajarme! ¿Acaso quiero empezar otra guerra entre bandas?

Tranquilo, Mario. Respira hondo. ¡Cof cof! ¡Jodido puro cubano!

Estamos otra vez reunidos en el viejo local de Luigi. A veces venimos un par de nosotros, a veces tres, cuatro... pero hoy estamos todos. Los cinco capos. Pronto empezarán a llegar los chicos con el botín. Ojalá no tarden. Si sigo cerca de ese puro hediondo aquí va a pasar algo malo.

¡Vaya, aquí llega el botín! Miro a Benni el tartaja, sentado a mi lado. Se está frotando las manos. Siempre he dicho que su codicia terminará por matarle.

Los chicos llegan con cosas interesantes. En la mesa aparecen algunas joyas grandes como garbanzos y varias monedas de oro. Un par de matones se ofrecen para trabajar con la familia. También nos hablan de un ladrón deseoso de unirse a nosotros.

- Sí, sí... Todo eso está muy bien –gruñe el viejo Falluci con su voz rota-. ¿Pero acaso no hay negocios? ¡En los negocios está el dinero!

El mal humor de Falucci es tan popular como sus apestosos hábitos. Uno de los chicos se muestra orgulloso de traer buenas noticias.

- Claro que los hay, señor Falucci. ¡Hay varios! El dueño del estudio cinematográfico ha aceptado el soborno. ¡Y también el dueño del casino! ¡Los negocios son nuestros! Y no sólo eso: ¡Nos han “regalado” dos coches estupendos!

El botín es más suculento de lo que todos esperábamos. Aún estamos relamiéndonos cuando el polizonte aparece en la puerta. Alguien grita: ¡Redada!

La locura se desata en ese momento. No hay tiempo que perder. Hay que decidir quien se queda con todo el botín, y hay que hacerlo rápido, antes de que terminemos todos en chirona. Los billetes se amontonan en la mesa, mientras vamos ofreciendo más y más dinero. El que más ofrezca se lleva el botín. ¡Maldición! ¡Nadie logra superar esos once de los grandes que ha ofrecido Benni! El muy maldito se queda con todo... ¡y salimos disparados del local!

Pero la noche no ha terminado. Cuando el peligro pasa volvemos al local. Los chicos siguen llegando con suculentos botines. Nosotros nos lo seguimos repartiendo todo, puja tras puja, subasta tras subasta. A veces viene otro policía, otra torpe redada. Y siempre termina igual: con todo el mundo saliendo por piernas y volviendo un rato más tarde a por más. Como una de esas películas mudas con polis tontos. Me encanta Chaplin.

Los botines se terminan poco antes del amanecer. Los chicos se han portado muy bien. La colección de negocios que han “captado” es magnífica. Ese hipódromo que he logrado comprar puede hacerme ganar una pasta gansa. Y luego están las joyas, los matones a sueldo, los coches, los ladrones profesionales... Nos hemos repartido todo eso entre los cinco capos. Algunos han salido peor parados. No todo el mundo sabe pujar en una subasta. Hay que valer para eso, ¿sabéis? Hay que saber cuándo apostar fuerte y cuándo pasar. Pero si lo haces bien te llevas las mejores piezas del botín. Al final, es como un juego. Un juego muy, muy divertido. Sobre todo para el ganador.

¿El primer zombie de la historia?

Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas:

-¡Lázaro, sal fuera!

El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario.

Juan 11:43-44a (NVI)

12 de abril de 2007

Cinco Disparos

Algún día, cuando sea mayor, encontraré tiempo para estudiar (y tal vez aprender) fotografía. Hasta ese ansiado momento me conformaré con disfrutar de los grandes y pequeños artistas del género y con disparar aquí y allá con mi pequeña cámara y toda la humildad posible.

Hoy os ofrezco cinco fotografías mías que tal vez estén entre las menos malas que he hecho. Pinchando sobre cada foto la veréis a tamaño completo. Se agradecerán críticas constructivas, que falta me hacen.





5 de abril de 2007

El Turista Definitivo

Ya está aquí la Semana Santa y la piel de toro se nos ha llenado de turistas. Al que no esperábamos por estas tierras era al bueno de Mazinger Z. Pero miren ustedes por dónde, resulta que se le ha visto esta mañana por la Plaza del Callao de Madrid. Parece que Koji pretendía llegar a Sevilla, pero andaba un poco perdido. Supongo que a estas horas ya habrá encontrado su destino y estará participando como invitado de honor en alguna procesión. Lástima de socavones que va dejando a su paso...


Fuente: Lo encontré aquí.

3 de abril de 2007

¡Toma 6!

Simple y efectivo. Así da gusto, oiga. Toma 6 es un juego de cartas que cabe en el bolsillo de la camisa y que hará que un grupo de 2 a 10 amigos pasen un rato la mar de divertido. Sin reglas complicadas que explicar o memorizar. Sacas las cartas, las barajas mientras explicas las cuatro reglas, ¡y a pasarlo bien!

La baraja tiene 104 cartas numeradas del 1 al... 104 (jojojo). Son del material rugoso y de calidad habitual en los juegos de Amigo, aunque hubiese preferido un gramaje un pelín más alto. Las ilustraciones: feas y funcionales. No me preguntéis que hacen esas cabezas de buey adornado cada carta. Están ahí y punto. Los números son grandotes y bien visibles, pero será bueno asegurarse de que los estás viendo del derecho: ¡ese 66 puede ser tu ruina! ¿Y las cabezas de buey? Son malas para ti, así que intenta huir de las cartas que tienen muchas reses. Que se las coma otro, ¿vale?

Veamos de qué trata la cosa: Se baraja el mazo y se reparten diez cartas boca abajo a cada jugador. Se sacan las cuatro cartas siguientes y se ponen en la mesa formando el inicio de cuatro filas. Las cartas sobrantes se retiran hasta la próxima partida. Empieza el juego.

En cada ronda cada jugador observa sus cartas y decide cual va a jugar. Luego deja esa carta sobre la mesa, bocabajo. Cuando todo el mundo ha bajado su carta, ¡tachán!, todos descubren su carta al mismo tiempo. Y entonces, el jugador con la carta de número más bajo la coloca. Luego el siguiente con una carta más baja, y así consecutivamente hasta que pone carta el que sacó la más alta.

¿Y cómo se colocan las cartas? Hemos dicho que hay cuatro filas. Pues bien, cada carta se colocará a la derecha de una carta ya puesta en la mesa (es decir, al final de una de las cuatro filas) y de modo que la carta anterior sea más baja que la que ponemos y al mismo tiempo lo más alta posible. Hasta aquí sin problemas. Todo el mundo pone sus cartas y es feliz.

Y una leche.

Imagina que la carta que tienes descubierta y debes jugar es más baja que la carta final de todas las filas. ¿Dónde la pones? ¡No, ahí no, insensato! Lo que haces entonces es escoger una de las cuatro filas de la mesa (la que tenga menos bueyes, claro), y te la quedas. Y entonces pones tu carta encabezando una nueva fila. ¿Podría ser peor?

Apuesta a que sí.

Porque si la carta que tienes que poner resulta ser la sexta carta de una fila, ya puedes temblar. Te llevas toda esa fila (sí, las cinco cartas de golpe), y pones tu maldita cartita como la primera de una nueva fila.

La cosa se vuelve interesante cuando observas que muchas cartas tienen un buey... pero también las hay con dos, tres, cinco... ¡y hasta siete bueyes! Así que los jugadores se devanarán los sesos para no comerse esa terrible fila llena de reses.

¿Estrategias? Deja que me ría. Haz cuantos planes quieras, mi joven padawan. Una tras otra, tus estrategias serán demolidas. Las filas desaparecerán ante tus ojos, nuevas cartas entrarán en juego rompiendo tus esquemas. Y más y más bueyes irán aumentando tu corral particular.

El objetivo es ser el que menos bueyes acumule. Al final de la décima ronda, cuando todos han jugado su última carta, se hace el recuento de bueyes que ha ingerido cada jugador. Si alguien llegó a acumular 66 bueyes termina el juego y gana el que menos bovinos tenga. De lo contrario, se anotan los bueyes de cada jugador, y nueva partida. Al final de cada partida se siguen añadiendo bueyes a los anteriores, hasta que alguien llegue a la temida cifra de 66 y se declare vencedor al ganadero con menos ganado.

Tan simple como eso, y más divertido. Todo el mundo lo aprende en dos minutos y lo disfruta durante los 45 que suele durar el juego. Un filler ejemplar diseñado por Wolfgang Kramer. Y como además es barato lo considero altamente recomendable. ¡Y Olé!

1 de abril de 2007

Tijeretazo: Algo Supuestamente Divertido...

Tengan en cuenta que el 1009 es un camarote de precio medio. La mente se encoge de placer al imaginar cómo debe de ser el baño de esos camarotes que son como áticos de lujo (64).

En cuanto uno entra en el baño del 1009 y enciende la luz del techo, también se enciende un ventilador cuya fuerza y aerodinamismo no le dan cuartel al humo o a los olores corporales más ofensivos (65). Es tanta la succión del ventilador que si uno se pone de pie debajo de su respiradero de lamas, el pelo se eleva verticalmente sobre la cabeza, lo cual, junto con la acción contundente y abundantemente ondulante del secador Siroco, me permite horas enteras de diversión frente al espejo espléndidamente iluminado.

La ducha en sí rinde mucho más de lo esperado. El agua del grifo caliente es abrasadoramente caliente, pero solamente hace falta una manipulación preseleccionada del pomo de la ducha para conseguir una temperatura perfecta de 37 ºC. El agua de mi casa debería tener una presión como la de aquí: la fuerza con la que sale el agua de la ducha te arroja contra la pared opuesta del cubículo, y a 37º C la función MASAJE hace que se te pongan los ojos en blanco y los esfínteres se te abran (66). El teléfono de la ducha y su cable metálico flexible también se pueden quitar, de forma que uno puede agarrar el extremo y dirigirse el chorro castigador, por ejemplo, a un rodilla particularmente sucia o algo así (67).


(64) Mis intereses de ver el lavabo de un camarote de lujo fueron firmemente malinterpretados y rechazados por nadiritas adinerados y habitantes de áticos de lujo: son las desventajas de hacer un Crucero de Lujo como civil y no como periodista identificable.

(65) El baño del camarote 1009 siempre huele a un desinfectante noruego extraño pero no desagradable cuyo aroma se parece a como olería si alguien que supiera la composición orgánica exacta de un limón pero en realidad nunca hubiera olido un limón intentara sintetizar el aroma de limón. Más o menos la misma relación con un limón de verdad que las aspirinas infantiles de Bayer con una naranja de verdad.

El camarote en sí, por otro lado, después de que lo limpien, no huele a nada. A nada. Ni siquiera las alfombras, las camas, el interior de los cajones del escritorio, la madera de las puertas del Wondercloset: a nada. Es uno de los poquísimos lugares totalmente exentos de olores en los que he estado. Esto también empieza a darme miedo.

(66) Tal vez diseñado con esto en mente, el suelo de la ducha tiene una inclinación de diez grados desde todos los lados hasta el desagüe central, que es del tamaño de un plato del almuerzo y tiene una succión audiblemente agresiva.

(67) Este tipo de teléfonos de ducha de gran potencia y que se pueden desprender por lo visto pueden usarse también con propósitos no higiénicos e incluso lascivos. Oí a unos tipos de un pequeño contingente de la Universidad de Texas en sus vacaciones de primavera (el único grupo en edad universitaria que vi a bordo del Nadir) obsequiarse mutuamente con comentarios ingeniosos acerca de la ducha. Un tipo en particular tenía una fijación con la idea de que podría amañar la tecnología de la ducha para administrar una felación si pudiera conseguir un “trinquete métrico”: adivinen ustedes qué será eso.

Tijeretazo del ensayo Algo Supuestamente Divertido que Nunca Volveré a Hacer, de David Foster Wallace