Estoy algo espeso últimamente. Debe ser el calor (los que me conocéis personalmente sabéis cuánto odio el verano), así que no estoy por la labor de hacer largos comentarios y extensas sesiones de fotos, qué se le va a hacer. Pero al menos hablaré un poco de algunos juegos que he catado recientemente.
SMALLWORLD
Un juegecito familiar del que no conviene abusar. Es un juego de conquista en un mundo fantástico. Se desarrolla sobre un mapa dividido en regiones. Los jugadores deben conquistar esas regiones moviendo sus fichas, y reciben puntos de victoria a cambio. Lo mejor de todo es que hay muchas razas y muchas habilidades que combinan de mil formas. Es interesante escoger bien qué razas queremos llevar durante la partida, pues ahí radica casi toda la (poca) estrategia de este juego. Más allá de esto, se trata de mover las fichas y ocupar las regiones del pequeño mapa a base de codazos. Un divertimento ligero y ocasional con una gran virtud ajena al juego en sí: la caja está fantásticamente diseñada para alojar todos los componentes. El cielo para un neurótico.
COLOSEUMUn Kramer pastiche de otros juegos. No obstante, tiene una buena mecánica y unos componentes muy chulos. Se trata de organizar juegos romanos, y para esto debemos invertir y negociar. Esa fase de negociación puede prolongar el juego demasiado, y en ese terreno prefiero
Traders of Genoa, mucho más abierto. A nivel estratégico es interesante observar los componentes de tus oponentes (todo está a la vista) para conocer sus recursos y sus intenciones. Así es posible bloquearle (por ejemplo, negándote a negociar con él). Buen juego.
SCRIPTS & SCRIBES
Este juegecito de cartas tiene su aquel. Es un filler en el que hay que acumular cartas de un mismo color para obtener puntos de victoria al final del juego. La gracia está en la forma de conseguir las cartas. En una primera fase los jugadores se reparten parte de las cartas mediante un curioso sistema de donaciones. En la segunda fase, los jugadores usan las cartas que han obtenido para comprar el resto de cartas y optimizar su mano. Más allá de mi aburrida explicación hay un buen juego de relleno para terminar la velada de forma agradable.
DOMINION: INTRIGUEAquí no puedo ser objetivo porque me confieso adicto a
DOMINION. Un juego que me parecía buenísimo ahora me parece extraordinario. Las nuevas cartas de esta expansión añaden mucha variedad, sobre todo gracias a las que obligan a elegir entre varias posibilidades al jugarlas. Así, la toma de decisiones no se reduce a qué cartas comprar, sino también a cómo jugarlas cuando entran en tu mano. Se abre un mundo de nuevos combos. Y, para los más cabroncetes, tenemos algunas de las cartas más malasombras del juego, como
Torturer o
Saboteur.