El rabino Zwi Chaim Yisroel, erudito ortodoxo de la Torah y que hizo de la lamentación un arte hasta entonces desconocido en Occidente, fue unánimemente considerado como el hombre más sabio del Renacimiento por sus hermanos hebreos, quienes constituían la decimosexta parte del uno por ciento de la población. En cierta ocasión, cuando se encaminaba hacia la sinagoga para celebrar la fiesta sagrada judía, que conmemora la renuncia de Dios a toda promesa, una mujer le detuvo y le hizo la siguiente pregunta:
- Rabino, ¿por qué no podemos comer cerdo?
- ¿No podemos? –preguntó incrédulo el rabino-. ¡Ah, eso sí que tiene gracia!
Esta es una de las pocas leyendas de toda la literatura hasídica que trata la ley hebrea. El rabino sabe que no debería comer cerdo; pero a él no le importa porque le gusta el cerdo. No sólo le gusta el cerdo, sino que se harta de huevos de Pascua. En suma, a él le tiene sin cuidado la ortodoxia tradicional, y considera la alianza de Dios con Abraham como “un disparate más”. Por qué la ley hebraica proscribió el cerdo es algo que aún no se ha aclarado, y algunos estudiosos creen que la Torah simplemente sugiere que no se debe comer cerdo en ciertos restaurantes.
- Rabino, ¿por qué no podemos comer cerdo?
- ¿No podemos? –preguntó incrédulo el rabino-. ¡Ah, eso sí que tiene gracia!
Esta es una de las pocas leyendas de toda la literatura hasídica que trata la ley hebrea. El rabino sabe que no debería comer cerdo; pero a él no le importa porque le gusta el cerdo. No sólo le gusta el cerdo, sino que se harta de huevos de Pascua. En suma, a él le tiene sin cuidado la ortodoxia tradicional, y considera la alianza de Dios con Abraham como “un disparate más”. Por qué la ley hebraica proscribió el cerdo es algo que aún no se ha aclarado, y algunos estudiosos creen que la Torah simplemente sugiere que no se debe comer cerdo en ciertos restaurantes.
Tijeretazo de Leyendas hasídicas según la interpretación de un distinguido erudito (del libro Como acabar de una vez por todas con la cultura), de Woody Allen
2 comentarios:
Algunos creen que se debe a la potencia sexual del cerdo. Los marranos cuando copulan emiten sonidos auténticamente lascivos. La copula marrana es un espectáculo sorprendente. Recuerdo como le metiamos palos a las cerdas para masturbarlas y enseguida alguien acudía a los gritos lubricos de los animales. Y nosotros a escapar. ¡Todos los niños de excursión a los pueblos con tradición cerdícola!
(Buena página.)
Cielo santo. Pensaba que había hecho algunas cosas raras en mi infancia... pero lo de masturbar cerdas es algo que no creo poder superar. XD
Gracias por la visita, Ismael.
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