
Me fascina la mecánica y la matemática de
ALTA TENSIÓN, así que estaba deseando que este hijo pródigo de aquel gran juego llegase a las tiendas. Aunque este
DIRECTOR DE FÁBRICA es un juego más ligero no nos confiemos. En sólo una hora de partida tenemos tiempo para hacer un buen montón de cálculos, y además nuestro cerebro no va a quedar reseco por el esfuerzo y vamos a tener fuerzas para echar otra partida, cosa que no concibo con
ALTA TENSIÓN.
En este nuevo juego del loco del pelo
rojo verde ejercemos de directores de fábrica y, a lo largo de cinco rondas, debemos optimizar nuestra empresa para ganar la mayor cantidad de dinero.
El objetivo del juego es ser el más pastoso al final del mismo. Para esto tendremos que pujar sabiamente por obtener el mejor puesto en el orden de juego; elegir con cuidado qué maquinarias queremos ver en el mercado a disposición de los jugadores; comprar la maquinaria más adecuada para nuestra fábrica y deshacernos de la más obsoleta; contratar y renovar a trabajadores temporales; organizar a nuestro personal para poner en marcha la fábrica; calcular la producción, el almacenaje y el gasto energético; lidiar con los incrementos en el precio de la energía; y tras todo esto, tal vez, ganar algo de dinero con el que seguir jugando.
Vaya, suena complicado… ¡pero de ningún modo! Al igual que ocurría en
ALTA TENSIÓN, en este juego bastan unas pocas reglas (y pocas quiere decir eso, POCAS) para ponerse en marcha. Lo asombroso es que con esa sencillez aparente nuestros cerebrines tienen suficiente para pasar una hora haciendo cálculos, y esa es la genialidad de este diseñador. Aumentar las ganancias y reducir los costes, el objetivo último de este juego, es un trabajo exigente, y un jugador avispado puede coger inercia si calcula bien sus movimientos. Este es de esos juegos en los que es complicado remontar. Si
ALTA TENSIÓN tendía a frenar a los adelantados y ayudar a los descolgados,
DIRECTOR DE FÁBRICA es menos considerado, y los errores se pagan caros. Bueno, de hecho se pagan muy baratos. Lo que se paga bien aquí es jugar con cabeza. La suerte no es un factor.
Venga, las fotos.
Esta es la caja. Tamaño idéntico a la de ALTA TENSIÓN.
Aquí tenemos el reglamento. Tiene dos partes. Por un lado, un tríptico de seis páginas. De las seis páginas una es la portada y la otra la explicación de los componentes. Tras eso nos quedan sólo cuatro páginas de reglas. Luego tenemos una hoja grande de ayuda, algo aparatosa, que aclara algunos conceptos sobre el mercado y las fábricas.
Y los tableros de juego. Hay cinco, del tamaño habitual (Agricola, Puerto Rico, Stone Age). Sobre este tablero ponemos las fichas que vamos comprando, los curris que operan las máquinas y los marcadores para indicar nuestro nivel de producción, almacenaje y gasto de energía.
Este otro tablero, más grande, sirve para almacenar las fichas que podremos ir comprando durante la partida. También tiene un marcador que nos indica el precio de la energía, que subirá inmisericorde a lo largo de la partida.
Madera, madera, madera. Los curris fijos y temporales de cada jugador, cubitos para marcar sobre los tableros y unas fichas grises para indicar las maquinas que tenemos paradas.
Vamos con las fichas de cartón. Hay aproximadamente un millón. Estas, por ejemplo, sirven para indicar el orden de turno y los descuentos en las compras que obtienen los jugadores.
Y estas otras hacen que suba el precio de la energía. Creedme: llegaréis a odiarlas.
Estas son las fichas que iremos poniendo en nuestras fábricas. A granel.
Veamos estas fichas con más detalle. Las hay de 6 tipos. Esta es una ficha de maquinaria. Aumentan nuestro producción (mola) pero requieren personal y consumen energía (no mola).
Esta es una ficha de robot operario. Aumentan la producción y consumen energía, pero no necesitan currantes.
Esta ficha es del tipo robot personal. Su función es ahorrarnos manos de obra, aunque consumen energía.
Esta es una pieza de almacenaje. Sirven para… pues eso, para almacenar nuestros productos.
Aquí tenéis una pieza de control. Ahorran personal y además reducen el consumo energético. Por desgracia sólo podemos tener una a la vez.
Y por último una ficha de optimización. La repanocha, oiga. Aumentan la producción, ahorran energía, y algunas incluso nos ahorran personal. Como antes, sólo podemos tener una.
Estos billetes son igualicos que los de ALTA TENSIÓN.
Y para terminar, este es el aspecto de una partida a 3 jugadores. Aprovecho para deciros que este es un juego de 2 a 5 jugadores, con una hora de duración aproximada.
Concluyendo, ALTA TENSIÓN: DIRECTOR DE FÁBRICA es un excelente juego que, aún siendo breve en duración y en reglas, sí tiene suficiente “contenido” como para recomendarlo a jugones antes que a no aficionados. Me parece una fantástica opción para comenzar o concluir una velada de juegos, o incluso para jugar un par de partidas seguidas. Su rejugabilidad está por ver, pues aún teniendo muchas piezas distintas, no dejan de ser todas ellas permutaciones de cuatro valores: producción, almacenaje, personal y energía, así que tal vez tras muchas partidas se eche en falta más variedad (lo ignoro, apenas lo he probado). Pero claro, tenemos el ejemplo de ALTA TENSIÓN, otro juego con pocos componentes y pocas reglas que se mantiene clavado en el podio de BGG. ¿Llegará esta “secuela no sucuela” a tan buen puesto? Yo creo que no, pero sí obtendrá una posición muy digna y merecida, pues es un juego original, bonito, con un tema bien implementado, relativamente exigente y bastante económico. Que ustedes lo fabriquen bien.