Hola, malandrines tóxicos. Hace unos días iba yo escuchando en mi coche Milenio3, el programa cómico presentado por Iker Jiménez en la Cadena Ser. Entre la sarta de chuminadas habituales se coló un documento de cierto interés al que no le aportaron el aire sobrenatural con el que este Gran Comunicador y sus secuaces suelen adornar todo lo que comentan. Y de ello os hablaré ahora. Si os digo que el asunto que nos ocupa es la mayor tragedia naval de la historia seguro que pensáis que el Titanic ha llegado a vuestro blog favorito. Pues mira por dónde que no. Mientras que el desastre del Titanic se saldó con unos 1.500 muertos, el caso que nos ocupa, el del infame transatlántico Winhelm Gustloff, se llevó al fondo del océano nada menos que a 9.343 personas.
Año 1945. La Segunda Guerra Mundial está llegando a su fin. El Ejército Ruso avanza hacia Berlín, arrasando todo a su paso y, de paso, jodiendo al pueblo polaco que al parecer no había sufrido suficiente con la invasión nazi del 39. En Alemania los puertos se llenan de barcos a rebosar de ciudadanos intentando largarse del país antes de la llegada de los rusos, sabedores de lo que les aguarda si caen en manos de un ejército cuya bestialidad es sólo comparable con la de las tropas de las SS. Es hora de poner tierra (o agua) de por medio, y la ciudadanía invade los puertos para largarse más que aprisa.
El Winhelm Gustloff se llena hasta las trancas de refugiados, enfermeras, heridos en combate y oficiales a la fuga. Mujeres y niños abarrotan el transatlántico, que zarpa a medio día del 30 de enero hacia Dinamarca, por un mar al borde de la congelación. Unas horas después, caída la noche, el barco es descubierto por el submarino ruso S-13. El comandante Alexander Marinesko, que posteriormente sería propuesto para el título de Héroe de la Unión Soviética, decide torpedear el buque. Tres torpedos fueron suficientes para mandar al Winhelm al fondo del mar, y con él a cerca de 10.000 personas, en su mayor parte mujeres y niños intentando escapar de la devastación del Ejército Rojo.
Dado mi desconocimiento de los detalles, os invito a visitar estos enlaces dónde se habla más y mejor de esta execrable tragedia:
El hundimiento del Winhelm Gustloff
La más grande tragedia naval de la Historia
El silenciado Titanic Alemán
El programa de Iker, con esta y otras historias náuticas
3 comentarios:
Hay un buen libro sobre el tema:
La tragedia del Gustloff de Heinz Schön publicado en español.
Lo leí hace tiempo...impresionante todo lo que cuenta!
Anaime
Anotado queda. Lo buscaré, porque este tema me ha fascinado, pero he encontrado muy poca información. ¡Se agradece el aporte, Anaime!
Los alemanes eran los malos, así que se merecían ese final y el olvido de la historia que mamamos cada día (la de los vencedores, vaya).
Er Frito
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