Esta novela del galés Alastair Reynolds narra una historia fascinante. Una de las constantes de la cifi es el tema de los encuentros con civilizaciones alienígenas, y esa es precisamente la obsesión del protagonista de nuestra historia. Para Dan Sylveste, averiguar qué fue de los Amarantinos (la raza extraterreste que habitó en el planeta Resurgam hace un millón de años) justifica cualquier acción. Cualquiera. Pero sus intereses entran en colisión con los de unos enemigos desconocidos, dispuestos si fuere menester a aniquilar un planeta entero para destruir a Dan e impedir que sus investigaciones prosperen. Mientras tanto, las respuestas al enigma de la extinción Amarantina aguardan en el espacio remoto. Unas respuestas tan terroríficas que encontrarlas pondrá en peligro la existencia de nuestra especie.
Espacio Revelación no es una novela perfecta, y la culpa de ello la tiene el pobre esbozo de sus personajes. Tras concluir la lectura, el lector conocerá las motivaciones de los protagonistas, pero no sus sentimientos al respecto. El talento para lograr que el lector se identifique con los personajes parece haber sido el punto débil de Reynolds en esta historia. Algo que siempre merma el disfrute de la lectura, pues el autor logra despertar poco interés por el destino de los integrantes de la trama.
Pero me importa un carajo.
Me importa un carajo, porque la historia es tan absolutamente fascinante, tan asombrosa e imaginativa, que la falta de sutilezas en el dibujo de sus personajes termina por convertirse en un defecto menor. Reynolds ha logrado despertar en mí un sentimiento que hacía mucho que no experimentaba al leer ciencia ficción: el sentido de la maravilla. Ese pasmo asombrado que te hace soltar un “¡Uaaauh!” al final de cada capítulo.
Espacio Revelación está plagada de ingredientes que la hacen una space ópera de enorme nivel: portentosos y oscuros engendros científicos, viajes interestelares y poderosas civilizaciones alienígenas en conflicto. Sumémosle tramas dentro de tramas, engaños dentro de engaños y una buena dosis de armas de destrucción masiva. Lo aderezamos con revelaciones pasmosas y ya está el cóctel del disfrute listo.
Si hay que buscarle otro punto negativo, sería más un problema de la edición que del texto. Y es que La Factoría ha editado la novela con un tamaño de fuente que raya en lo microscópico. Una novela de apenas 400 páginas que, con un tamaño de letra normal, podría haber abultado el doble. Las minúsculas palabritas que llenan las páginas hasta los topes hacen la lectura incómoda, y pueden influir en el entusiasmo del lector potencial cuando ojea el libro antes de comprarlo. Pero que no os amilane algo así. El esfuerzo merece la pena. La aventura que os aguarda en Espacio Revelación os hará disfrutar y maravillaros. Alta ciencia ficción que ningún aficionado al género debería perderse.
Espacio Revelación no es una novela perfecta, y la culpa de ello la tiene el pobre esbozo de sus personajes. Tras concluir la lectura, el lector conocerá las motivaciones de los protagonistas, pero no sus sentimientos al respecto. El talento para lograr que el lector se identifique con los personajes parece haber sido el punto débil de Reynolds en esta historia. Algo que siempre merma el disfrute de la lectura, pues el autor logra despertar poco interés por el destino de los integrantes de la trama.
Pero me importa un carajo.
Me importa un carajo, porque la historia es tan absolutamente fascinante, tan asombrosa e imaginativa, que la falta de sutilezas en el dibujo de sus personajes termina por convertirse en un defecto menor. Reynolds ha logrado despertar en mí un sentimiento que hacía mucho que no experimentaba al leer ciencia ficción: el sentido de la maravilla. Ese pasmo asombrado que te hace soltar un “¡Uaaauh!” al final de cada capítulo.
Espacio Revelación está plagada de ingredientes que la hacen una space ópera de enorme nivel: portentosos y oscuros engendros científicos, viajes interestelares y poderosas civilizaciones alienígenas en conflicto. Sumémosle tramas dentro de tramas, engaños dentro de engaños y una buena dosis de armas de destrucción masiva. Lo aderezamos con revelaciones pasmosas y ya está el cóctel del disfrute listo.
Si hay que buscarle otro punto negativo, sería más un problema de la edición que del texto. Y es que La Factoría ha editado la novela con un tamaño de fuente que raya en lo microscópico. Una novela de apenas 400 páginas que, con un tamaño de letra normal, podría haber abultado el doble. Las minúsculas palabritas que llenan las páginas hasta los topes hacen la lectura incómoda, y pueden influir en el entusiasmo del lector potencial cuando ojea el libro antes de comprarlo. Pero que no os amilane algo así. El esfuerzo merece la pena. La aventura que os aguarda en Espacio Revelación os hará disfrutar y maravillaros. Alta ciencia ficción que ningún aficionado al género debería perderse.
2 comentarios:
Se echa de menos al superheroe fregonóforo ¿de vacacioenes?
Recién llegadito de las mismas, amiguete. ¡Y con una nueva fregona!
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