16 de mayo de 2007

¿Te gustan las películas de gladiadores?

Año 52 antes de Cristo. Julio César y Pompeyo el Grande gobiernan Roma en una república aparentemente equilibrada. César ha partido a las Galias en una guerra de conquista que muchos compatriotas consideran ilegal. El gran jefe galo, Vercingétorix, ha rendido las armas, y las patrullas romanas están saqueando el país. Mientras, en la capital del Imperio, Pompeyo, temeroso del poder que está alcanzando César, planea destituirle.

Así da comienzo el primer episodio de la serie Roma, Y, siguiendo esta trama, he visto posibilidades para una partida de rol que podría desarrollarse hasta convertirse en campaña. Lo que sigue sería la premisa argumental, que, como se ve, es fiel al episodio. Como siempre, serán los jugadores y sus personajes los que alteren el argumento. Malditos bellacos.

Tras la victoria de César en las Galias, Atia, la sibilina sobrina del futuro emperador envía a su hijo Octavio, un engreído adolescente, al país vencido. El muchacho cabalgará en un hermoso corcel blanco que ofrendará a César como símbolo del orgullo que siente Roma por la victoria. Un grupo de esclavos armados acompañará al chico.

Mientras tanto, en el campamento de las Galias, las tropas de la XIII Legión saquean el país y César se relame, orgulloso. Pero un grupo de ladrones roba el águila de oro, emblema de las tropas romanas. Este suceso es bienvenido por César, quien hace correr el falso rumor de que sus tropas están desmoralizadas por la pérdida del águila. ¿Su intención? Hacer creer a Pompeyo que las tropas están en baja forma, para que este se decida al fin a atacar a la XIII Legión. César sólo desea una excusa para aplastar a Pompeyo, pero no quiere ser el primero en atacar para no ser acusado de traición. Sin embargo, Pompeyo, como se verá, no tiene intención de ser quien inicie la guerra. Sus objetivos son aparentemente menos belicosos: quiere socavar la popularidad de César ante el pueblo romano.

En el campamento de César en las Galias, el tribuno Marco Antonio, siguiendo órdenes directas de César, buscará a un grupo de valientes legionarios de la XIII (¡nuestros PJs, claro!), y les encargará una misión a sabiendas de que es imposible cumplirla: recorrer las Galias en busca del águila dorada. César está convencido de que sus legionarios jamás encontrarán a los ladronzuelos que robaron el águila, que a estas alturas pueden estar en cualquier lugar, tal vez disfrutando del dinero obtenido por el oro fundido. Claro que esto lo ignoran nuestros héroes.

Nuestros aguerridos personajes quizá logren (tras algunas pesquisas y aventuras, por favor) encontrar a los ladrones: un grupo de hispanos camino de su país. Si se cruzan con ellos, algo llamará la atención de los legionarios: entre los desgreñados ladrones camina, maniatado, tirando de un carro y recibiendo ocasionales azotes, un joven imberbe de rubios cabellos. Quizá los personajes lo tomen por un esclavo romano capturado, pero se trata, de hecho, de Octavio, el sobrino-nieto de César, cuyo grupo fue asaltado por los ladrones. El hermoso corcel blanco es cabalgado por el jefe de los hispanos.

Tal vez los personajes arremetan contra los ladrones. Y puede que descuban entonces un par de cosas interesantes. Uno de los ladrones lleva la marca al hierro de los esclavos de Pompeyo el Grande. Y, entre el botín del grupo, está la codiciada águila dorada. Los personajes se sentirán felices y seguros de ser recompensados por César… pero Octavio les desengañará, asegurándoles que César no movería un dedo por recuperar el emblema pues, en su opinión, su presunta posición debilitada conviene a sus planes de provocar la guerra contra Pompeyo. Sin embargo, es evidente que Pompeyo está detrás del robo del águila y el secuestro de Octavio, en una maniobra política para debilitar la imagen gloriosa que los ciudadanos romanos empiezan a formarse de César.

Ahora, lo que eran sutiles maniobras por parte de los dos dirigentes de Roma pueden ser barridas de un plumazo por los personajes. Si entregan el águila de oro e informan de la maniobra de Pompeyo, César tendrá una excusa perfecta para atacar a Pompeyo y sus tropas sin ser acusado de traición. En las manos de los personajes está encender la mecha de la guerra…

Como se ve, la historia pondrá a los personajes en una situación comprometida. Probablemente todos tengan seres queridos en Roma a los que no quieren ver metidos en una guerra. Quizá se debatan entre la lealtad a César (un soldado conquistador y sanguinario) o la fe en Pompeyo (un codicioso político de clase baja). De las decisiones de los personajes depende el futuro de la República, y el comienzo de lo que puede ser una gran campaña rolera. Y, por supuesto, siguiendo la serie de televisión encontraréis más y mejores ideas para desarrollar esta prometedora trama en la que se enfrentan fuerzas tan colosales que más les vale a los personajes elegir un bando y hacerlo bien.

En cuanto al sistema de juego, el de Aquelarre o el de Runequest son perfectamente válidos si os gustan los percentiles. Yo me decanto por un sistema multiambiental, como el de Zombi (del que os dejo aquí el reglamento básico), en cuyo suplemento Dungeons & Zombies podéis encontrar ayudas estupendas para jugar en el mundo antiguo.

¡Ave!

7 comentarios:

Bernardo Gui dijo...

Soy un admirador del unisistem que mencionas. Conjuga la sencillez, la inmediatez, con la precisión. Muy acertadas tus recomendaciones, querido Vengador.

El Vengador Tóxico dijo...

Jodo, ignoraba que también le dabas al rol.

Cthulhu nos cria y nosotros nos juntamos...

XD

Bernardo Gui dijo...

Juego desde los once añitos. Era de esos que en vez de jugar al fútbol en los recreos se sentaban en las gradas a arrojar dados ante la estupefacción de compañeros deportistas y profesores.
El Unisistem lo conocí a través de All flesh must be eaten. Me pareció un sistema perfecto para ambientar cualquier cosa. Funcionaba de maravilla a la hora de darle una vuelta de tuerca a cualquier historia de cualquier época y convertirla en una noche de los muertos vivientes...

El Vengador Tóxico dijo...

Muy cierto, el Unisystem tiene una versatilidad pasmosa, y se ha ido convirtiendo en mi sistema favorito. Su polivalencia se aprecia en los suplementos de AFMBE. Cojonudos el Enter the Zombie y el Pulp Zombies.

Evil Preacher dijo...

Se ve que hace un cerro de años que no juego :( nunca había oído hablar del Zombi, pero como das el enlace a las reglas, todavía estoy a tiempo. Por cierto ¿No estarán las del RuneQuest en algún rincón de la red? el mío está en casa de mis padres a cientos de kilómetros de aquí.
Tu idea me parece muy sugestiva, aunque, con gran dolor de mi corazón no he podido ver todavía la serie. Un colega me decía que era muy fiel a la historia, pero por lo que dices en tu post no tanto, ya que Julio es "futuro emperador", cosa que nunca llegó a ser y Atia cambia su nexo parental con Julio de hermana mayor a sobrina ¿será para poner una actriz más joven y atractiva? tendré que ver la serie para hacerme una respuesta.

El Vengador Tóxico dijo...

Estimado Predicador:

All Flesh Must Be Eaten es uno de mis juegos de rol favoritos. La variedad de escenarios en que se puede jugar es abrumadora. El sistema es sencillo y flexible. ¡Y tiene zombies! Aquí tienes la web oficial:

http://www.zombie.edgeent.com/

Sobre el emperador: no culpes a la serie. ¡Culpa a mi ignorancia! Yo pensaba que Julio César fue el primer emperador de Roma (o el primer césar, que creía yo que era lo mismo, y que el título de "césar" se inventó en honor de Julio). Como no he terminado de ver la serie, supongo que Julio no llegará a ser emperador. Lo averiguaré en breve... aunque ahora estoy atrapado con Battlestar Galactica, y apenas encuentro huecos para seguir con Roma.

En cuanto a Runequest, debes tener un correo de Roger Corman (yo mismo) en tu bandeja de entrada con el manual en doc.

Un saludote.

Evil Preacher dijo...

Pues el primero fue Augusto, de jodío chavalín en tu juego a "princeps", lo que son las cosas.
Pero no te abochornes, aunque a Julio le mataron "a tiempo" justamente porque temían que se coronara rey, el historiador romano Suetonio se permite la licencia de incluirlo recopilación de los 12 césares, aunque nunca lo fuera, en plan puesto honorífico.

Mil gracias por las reglas :)