Canta, oh, Musa, la cólera de Aquiles, hijo de Peleo, asesino, ejecutor de hombres destinados a morir, canta la cólera que costó a los aqueos tantos buenos hombres y envío tantas almas vitales y valerosas a
Oh, y cántame, oh, Musa, a mí el pobre Hockenberry, nacido contra su voluntad… el pobre y muerto Thomas Hockenberry, doctorado en clásicas, Hockenbush para los amigos, amigos convertidos en polvo en un mundo ya olvidado.
Canta mi cólera, sí, mi cólera, oh, Musa, por pequeña e insignificante que pueda ser esa cólera comparada con la furia de los dioses inmortales, o con la ira del aniquilador de los dioses, Aquiles.
Pensándolo bien, oh, Musa, no cantes nada de mí. Te conozco. Te he servido, oh, Musa, incomparable zorra. Y no me fío de ti, oh, Musa. Ni pizca.
Tijeretazo de Ilión, El Asedio, de Dan Simmons
EDICIONES B
ISBN 84-666-2329-9
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