“Había un hombre en mi vieja casa, con mi madre. Estaban comiendo algo parecido a harina cruda, y mi mamá se atragantaba con un trozo. El tipo que estaba con ella intentaba sacársela de la garganta, hasta acabar metiendo casi todo el brazo. Me decía que llamara a un médico, así que yo salía corriendo de la habitación, pero la casa había cambiado, y tampoco había ningún médico, así que yo volvía a la habitación a buscar a mi mamá. Iba caminando por una especie de pasillo, y estaba oscuro, y vi lo que parecían mi mamá y el otro tipo bailando una especie de danza antigua al otro lado de la habitación, y no llevaban puesta ninguna ropa. Estaban trotando como un caballo, y parecían dos personas metidas en un mismo traje. Cuando me acercaba, veía que no estaban bailando, sino que estaban muy apretados, como siameses, unidos por la cara, el pecho y el estómago. No tenían cara, sólo se les veían las orejas, dos a cada lado de la cara que miraba hacia la otra cara. Sus manos estaban unidas al otro cuerpo, pero las cuatro piernas estaban separadas, y parecían estar bailando de lado hacia mí, avanzando por el pasillo oscuro como un cangrejo, pero se enredaban con algo que había en el suelo, y al bajar la mirada veía que eran sus pantalones y su ropa interior. Se acercaban hacia mí, y entonces me desperté. Sentí algo extraño al despertar. Algo sucio, pensamientos y cosas sucias. El sueño me afectó físicamente. No pude evitarlo. Me siento muy mal sólo con hablar de él.”
Del expediente confidencial del pequeño Walter Joseph Kovacs encontrado en el Orfanato Charlton. Años más tarde, Kovaks asumiría la identidad secreta de Rorschach, uno de los vigilantes enmascarados de los Watchmen.
Del expediente confidencial del pequeño Walter Joseph Kovacs encontrado en el Orfanato Charlton. Años más tarde, Kovaks asumiría la identidad secreta de Rorschach, uno de los vigilantes enmascarados de los Watchmen.
Tijeretazo de Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons